¿Qué nos está pasando?

REPRODUCIMOS A CONTINUACIÓN LA CARTA DE LUCIA MEDRANO QUE NOS LLEGA DESDE LAPUEBLA DE LABARCA

El 16 de junio, por la tarde y cerca de las 19 horas, mi hijo de 7 años, se cayó en el parque y se hizo una herida abierta en la pierna. Su primera herida de guerra. En ese momento, como madre, intentas estar lo más tranquila posible, pero todo va a una velocidad impresionante, tensión, miedo, angustia.

Salimos, lo más rápido posible hacia la farmacia. En esos momentos no encontraba ni pañuelos de papel, en un bolso que suelo tener de todo, menos mal que sangre no había mucha. En el parque se quedaba el patinete, casco, todas las pertenencias innecesarias enese momento.

En Lapuebla de Labarca, tenemos la suerte, de tener a Maite, la ama de la farmacéutica, que limpió, y nos valoró la herida. Las tiras de sutura no iban a ser suficientes,mejor que acudiesemos a poner puntos. Ella tiene su casa encima del ambulatorio del pueblo, y había visto que el coche del practicante estaba aparcado, por lo que nos dijo que subieramos.

Llegamos, ¡qué alivio!, estaba el coche y el ambulatorio abierto, pero qué desagradable sorpresa nos esperaba.

Por seguridad, no entramos más allá de la entrada, pedimos ayuda desde la sala de espera, diciendo que el niño tenía una brecha en la pierna.Trabajo en un centro escolar ylos protocolos de seguridad del Covid son importantes por lo que controlamos nuestra ansiedad y respetamos el espacio y distancia y no había en ese momento ningún lloro. Mi hijo, estaba aguantando como un campeón la situación.

Una voz, desde dentro, nos dijo que estaba de vacaciones y llamáramos al teléfonode urgencia que había en la entrada.

Así lo hicimos, salimos, sin entender que ni siquiera hubiese sacado la cabeza, llamamos al teléfono de emergencia. Mientras esperábamos que nos llamaran por teléfono los sanitarios que se iban a ocupar de nosotros, mi prima apareció con el patinete preocupada por cómo estaba el crío. El sanitario salió del ambulatorio, vimos su espalda. Fueron unos minutos interminables, sin sangre escandalosa. A las 19:09 nos atendieron y remitieron al ambulatorio de Laguardia donde nos atendieron nada más llegar de una manera muy cercana. Salimos a las 20:00 con 4 puntos en la pierna.

¿Qué nos está pasando? Había sentido la deshumanización en oficinas realizando labores burocráticas. Pero ¿también, en el ambulatorio del médico en Mi Pueblo? Me parece muy triste.

No pido que nos hubiese atendido esa persona que estaba de vacaciones en supuesto de trabajo, con la puerta del ambulatorio abierta.

Pido que la persona que atienda tenga un poco de humanidad. Entrábamos pidiendo ayuda con un niño. Antes el médico en el pueblo te atendía hasta en su casa, no es eso lo que pido. Pido humanidad, cercanía a la hora de tratar a una persona que llega con urgencia.

La urgencia de mi hijo era leve, no le iba a pasar nada grave, pero ni acercarse y poder transmitir el mismo mensaje en persona y valorando con su conocimiento qué pasos dar? Una mirada, poder transmitir tranquilidad en una situación cotidiana para los sanitarios.

¿Qué nos está pasando?

Gracias a Maite, a Miren porque esas pequeñas grandes acciones, merecen mi respeto y gratitud, porque demuestran que algo de humanidad queda en los pueblos.

¿Qué nos está pasando?

Hasta con los niños estamos deshumanizados. Espero que mi hijo tarde en volver a sentir esa sensación en Rioja Alavesa, porque sería una gran pena y lo peor es que ese tipo de acciones hasta lo normalicemos.

Los que trabajamos con personas, tendríamos que conocer la empatía y poder ser asertivos, por eso escribo estas líneas, si puedo conseguir algo más de humanidad en Rioja Alavesa a través de mi voz, mejores sensaciones podremos disfrutar todos.

Eskerrik Asko

Lucía Medrano Medrano